Nacida en la Ciudad de México, Distrito Federal, Sandra desarrolla sus habilidades artísticas a temprana edad utilizando la pintura como su forma de expresión y la música, el canto en específico como la liberación de la inmensidad de emociones y energía que años e innumerables momentos de reflexión y búsqueda interior después habría de asimilar como propias.
Poseedora de un carácter ávido de conocimientos y experiencias que la han llevado a vivir momentos un tanto difíciles, nos comparte en su obra, entre muchos otros, pasión y esperanza.
Al llegar a los 19 años se presenta ante ella la ocasión de llevar a cabo un viaje a Europa. Territorio que abre una puerta en la cual ella encuentra oportunidades valiosas para lograr un mayor crecimiento intelectual,involucrándose con culturas, costumbres e ideología distintas a la propia asi como madurez emocional.
Es tambien en Europa donde participa en exhibiciones colectivas, relacionándose con colegas del medio con quienes colabora, intercambia ideas y sobre todo, de quienes aprende.
Lo que están por presenciar es el producto de incesantes prácticas. El trazo, el color, la pincelada que cada una de las obras que a continuación se presentan no son mas que el virtuosismo puro de quien, de manera natural, encontró como expresar lo mas profundo, inocente y pasional de su ser.
En el arte, como en ninguna otra forma de expresión, sólo siendo honesto y sentimental, es que se logra trascender. Así, vemos que habrá muchas obras abundantes en técnica y perseverancia, pero sólo aquellas que nacen de verdaderos artistas, son las que logran tocarnos el alma y movernos el corazón, haciendo vibrar cada uno de los sentidos, provocando la más sublime de las pasiones al punto de que se llegue a asomar una lágrima por los ojos.
Es todo esto lo que, a través de su obra, logra uno captar de la artista quien pretende llevarlos más allá de aquello que se permitan sentir al conocer su obra.
La genialidad de aquellos pocos seres humanos tocados por la mano de un ángel y dotados de regalos inexplicables como la asombrosa creatividad, inigualable talento y majestuosa imaginación es indescriptible, más allá de lo que cada uno, al contemplar el resultado llega a sentir para no compartir más que con uno mismo.
Es con estas letras que se intenta captar la atención para que, siendo un poco pretenciosos, se logre crear el suficiente interés para poder ser testigo del arte de una joven mexicana quien vierte su pasión en un lienzo, dejando ante los ojos del mundo, la ventana de su alma al descubierto a través de sus ojos, voz y corazón.